15 de Noviembre de 2016 – Plan de Juego

De acuerdo. Ya lo tengo claro… Las fichas están moviéndose, los trucos ya no están bajo ninguna manga. Es tiempo de que todo comience. Dejaré constancia en estas páginas digitales para dejar evidencia de que, al menos una vez, actué…

Para ninguno de mis conocidos, y creo que tampoco para ti, mi querido lector, es secreto que mi relación con mi hermano no es la mejor. Sin embargo, últimamente he tenido la desventura de que las cosas se han tornado de castaño a oscuro.

Muchas de las experiencias vividas entre nosotros son definitivamente su culpa (Y puedo probarlo), y otras pueden ponerse en duda (Por medio de elementos que van desde la premisa «Nadie puede dañarte a menos que lo permitas» y «Tú escoges cómo te hace daño algo o alguien» hasta, tal vez, confusiones, palabras dichas en momentos y a personas equivocadas o mecanismos de defensa mental sobre-utilizados), sin embargo ésta situación en particular es culpa, en mayor medida, mía… Por permitirla.

Te diré que mi hermano, mi apreciado lector, es hoy un practicante de la aeternae parsimoniae (Pereza Eterna), al punto tal de que busca, en todo momento y situación, que todo a su alrededor sea realizado por él, imprimiendo el menor (o ningún) esfuerzo físico o mental en ello. A consecuencia, ha transformado su vida cotidiana en una serie muy reducida de rutinas y subrutinas absolutamente predecibles y completamente deplorables para un ser humano.

Y no nos equivoquemos. No soy perita en dulce ni tan siquiera perfeccionado, ¡pero ESO es ridículo!

¿Hay acaso alguna forma mejor de describirlo, mi querido lector?
¿Hay acaso alguna forma mejor de describirlo, mi querido lector?

Si acaso te molesta la mera idea de lo que te estoy describiendo, no se te haga extraño. Lo hemos vivido y padecido en casa por años. Sin embargo, el ingeniero que vive en mí llegó a una solución tan simple como probablemente efectiva. Y, por su naturaleza, me dí lástima al notarla.

La actitud que mi hermano manifiesta en la actualidad tiene una peculiaridad: La defiende con insultos, disertaciones despectivas y parloteos ofensivos relativamente largos y medianamente contundentes… Generalmente, dirigidos hacia mi persona. Más que culparme por sus errores, hemos determinado en mi núcleo familiar que él busca, en realidad, divergir la atención del objeto de la discusión (Lo nocivo de su actitud hacia nuestro núcleo familiar), atrayendo la atención de los implicados en otra persona, en este caso, yo.

En palabras castizas, lo que él hace es, como dicen por ahí, «rebotar la pelota» para poder quitarse de encima el alegato, por más válido y cierto que sea…

… Nada diferente, en la praxis, a la pataleta de un niño pequeño…

 

 

 

 

 

 

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Cuando las palabras fallan para describir el desmadre, siempre existe FACEPALM

La solución a semejante impase, si lo hemos analizado bien, es tan sencilla como la conclusión a la que hemos llegado:

¿Cómo se controla la pataleta? Simple: Ignorándola.

 

 

Y es aquí cuando el plan se forma. Debe ser un plan y no algo relativamente sencillo porque, aunque la situación se asemeja a la figura que usan los niños cuando quieren que algo les sea concedido, no estamos hablando de niños aquí, sino de alguien medianamente inteligente y suficientemente maligno, como para que pueda descubrir la artimaña que usaré y, sin remordimiento alguno, contraatacar con algún ardid de siniestras proporciones… Lo que, obviamente, mi querido lector, nadie desea.

Entonces, aquí pongo el plan. Debo decir que, hasta ahora, ha funcionado a pedir de boca. Sin embargo, podría fallar en los próximos días, así que deseo que tengas todo en claro y que quede constancia de lo que haré con detenimiento.

  1. No acceder a peticiones que se sabe que él puede realizar y que no hace por pereza, en las cuales no encuentro ninguna ganancia ni conveniencia (Por ejemplo, pedir un café cuando puede ir él mismo a buscarlo).
  2. Acceder en varias ocasiones a peticiones que él puede realizar y que no hace por pereza, en las cuales se encuentra ganancia pero no conveniencia (Por ejemplo, ir a pedir comida a la tienda a su cuenta).
  3. Acceder en contadas ocasiones a peticiones que él puede realizar y que no hace por pereza, en las cuales no encuentro ninguna ganancia pero sí conveniencia (Por ejemplo, cuando ofrece algún pago en dinero o en la forma de regalos por hacer algo que él debería hacer por sí mismo).
  4. Reducir gradual y metódicamente la disposición para las peticiones del numeral 3, hasta el punto de no desarrollar ninguna de las mismas.
  5. Reducir leve pero constantemente la disposición para las peticiones del numeral 2, hasta el punto de no desarrollar ninguna de ellas.
  6. Ante la insistencia en cualquiera de las solicitudes antes mencionadas, mantenerme firme, al punto de la terquedad, en la postura de NO cuando sea el caso.
  7. Ante discusiones de pataleta, ignorar completamente el discurso hasta que lo culmine. Al final, se le recalca con calma que desperdició tiempo valioso, en el cual pudo haber cumplido con su tarea, discutiendo tontamente. Tiempo después, cuando los ánimos se hayan enfriado, si la situación lo amerita, responder sólo a aquellos puntos de la disertación que lo valga de forma gradual: Pocas respuestas en las primeras ocasiones e incrementando la cantidad y calidad de las mismas con el devenir.
  8. Si se presenta una pregunta sobre el cambio en mi actitud, responder usando el «teorema del sandwich», del que hablaré en otra entrada de este blog.
  9. Si se sospecha de un plan, evitar que el mismo sea descubierto a toda costa.

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Con esto termino esta entrada, no sin antes decir que, en el transcurso de la semana que llevo implementando este plan, se ha visto progresos como no esperaba jamás que se vieran. Pero la probabilidad de fallar sigue siendo alta, por eso, mi querido lector, te dejo esta entrada como evidencia de mis intenciones y acciones. Iré actualizando sobre este tema en el futuro. Espero de todo corazón que se logre hacer alguna diferencia y que, al final, todo salga bien.

De otra forma, tendré que tomar decisiones difíciles antes de tiempo, y no quiero que los planes que intento tener para con mi vida se arruinen desde ahora.

En cualquier caso, como dijo Alfred…

Buenas noches...
Buenas noches…

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