Querido diario digital:
He tenido mucho que hacer en éstos días. Mucho, y muy poco al mismo tiempo. Por un lado el trabajo, que me acerca más a los entornos sobre los cuales éste blog está erigido; por el otro, el hecho de hacer las cosas bien hechas, que me dejan en un pequeño limbo del cual he escapado con dificultad, sólo algunas veces.
Sin embargo, lo más importante ha sido un pequeño paso en otra faceta de mi vida. Un pequeño GRAN paso…
Todo ésto ocurrió el sábado 13 de Octubre en el Teatro Santiago Londoño de la ciudad de Pereira. Fue parte del musical “Viajemos en las Leyendas”, del que fui partícipe y para el cual ensayé demasiado, y con grandes dificultades. También por eso no había vuelto a escribir recientemente…
… Y adivina, mi querido lector, quién soy en las fotos…
En cualquier caso, todo ésto fue posible por muchos factores y muchas razones. Podrás, sin duda, argumentar varias y tendrás la razón (creo), pero la más importante fue la fe.
Fe en la obra.
Fe en el entrenamiento.
Fe en mis compañeros…
…
… Y fe en mí.
De hecho, si ella no hubiera tenido fe en mí, si no hubiera creído en lo que parece ser que soy, o en lo que puedo y pude hacer, ni siquiera lo hubiera intentado. La razón de eso se remonta a 2012.
Sí, ése fui yo, hace seis años…
Como venía diciendo, había muchas razones por las cuales todo fue un éxito. Sin embargo, también había muchas razones por las cuales todo pudo haberse ido al garete. Y muchas de ellas recaían en mí. La más importante, sin duda, era aquella ocasión en la cual, frente a toda la audiencia de RCN (Sin contar a YouTube, en los años venideros), terminé plasmado en el video que acabo de mostrar.
Y, sin embargo, fue ella la que me hizo avanzar. No me dejó perder la fe, ni cuando ya estaba perdida.
Conoce a Mayra Alejandra Aguirre. Músico de profesión, cantante de vocación, bella por naturaleza.
… Bella, ¿no es verdad?
Ha sido directora del coro en el que me encuentro desde hace un par de años y, puedo inflar el pechodiciendo ésto, hemos crecido a pasos agigantados con su guía. En todo caso, fue la primera en contar conmigo en aquel momento, el pasado Diciembre, para hacer realidad ésta hermosa iniciativa. Acepté sin parpadear siquiera, tú sabes, mi querido lector, cómo me gusta la música… Creo…
Entonces, ésta es la cosa: Ella y yo tenemos una cosa en común, y es el día de nuestro cumpleaños. Entonces, a manera de agradecimiento, quiero hacerle un regalo.
No te confundas, mi querido lector. No hay un enamoramiento malsano y anti-ético aquí… Aunque, puedo decir, sin tapujos, que me gusta y me parece una linda mujer. Pero, sí hay más un agradecimiento, un cierto sentido de… Orgullo de poder decir que soy su “amigo”, y de saber que, pese a las dificultades que he tenido, de las cuales no hablaré aquí, pude hacerla sentir orgullosa.
Puede que sea falso, que la haya decepcionado de alguna manera. Tal vez éso es lo que considero. Pero, si me lo permito decir, prefiero pensar lo contrario. Porque las adversidades que conllevaron a la ovación y las fotos que viste arriba fueron mayores de lo que los otros involucrados tuvieron, y el hecho de que ella haya puesto de su dinero, de su fuerza y de su fe en mí hace que prefiera pensarlo. Porque me siento agradecido con ella por lo que ha hecho por mí, aunque muchos consideren que sea lo justoo correcto.
Entonces, sí, mi querido lector. Quiero hacerle un regalo. A mi más puro estilo.
Un cuaderno. Una historia y mucha decoración al más puro estilo de Art Attack, como suele pasar conmigo.
Un envoltorio agradable, una corona con dulces y corona, y algo de mi corazón…
Y un gracias muy sentido.
Y muchos dulces.
Puede, mi querido lector, que ella jamás se entere de la profundidad de mi detalle, pero será un cumpleaños que no dejaré pasar desapercibido. A lo mejor le parecerá una auténtica estupidez, pero ¿Qué puedo hacer? Al fin y al cabo, es mi amiga y se lo debo.
A lo mejor ése sea mi peor defecto, pero no me disgusta tenerlo… ¿Verdad?