Bueno, hace un tiempo no llenaba más páginas en este diario digital. Sin embargo, he vuelto y, ahora, voy a escribir un par de ideas que mi psicoterapeuta y yo hemos estado buscando para continuar con mi proceso de «desloquización».
Hasta ahora hemos descubierto que el primer método que encontramos para coordinar mejor mis esfuerzos entre mi mente y mis actividades (Esfuerzos enfocados en objetivos y restricciones) ha dado buenos resultados: Ha reducido el tiempo en que las tareas son realizadas y mejorado la concentración en las mismas. De hecho, estoy escribiendo justamente con este método ahora mismo.
Pero, surge una pregunta fundamental: ¿Qué pasa cuando la tarea a realizar es muy larga o se divide en múltiples tareas?
Claro, mi querido lector. Sé lo que dirás: «Pero es muy sencillo, aplica el mismo método para la tarea larga o para cada una de las tareas que le componen». Y es verdad, es lo que hago, de hecho. Sin embargo, al terminar una tarea y comenzar la otra surge el factor elemental que hace que todo el mecanismo falle y se caiga por su propio peso: El momento de pausa, en el cual termino haciendo algún tipo de actividad de ocio. A consecuencia de semejante estupidez, termino tardando mucho más tiempo del que debería o, ya de plano, no terminando lo que comencé… Lo que me enfada bastante, debo decir.
Sin embargo, no puedo evitarlo, he analizado la situación repetidas veces para entender el por qué y la razón es obvia: La actividad de ocio que emprendo entre tarea y tarea me entretiene a tal nivel, de tal manera, que pierdo la noción del tiempo y, al final, me he extendido demasiado tiempo en algo que debería tomar poco, realmente.
Aquí te pongo una muestra de algunas cosas que he hecho al respecto, sólo por hacer una pequeña mención:
Así, considero que el método es bueno, excepto por esta falla fundamental de la que ya he hablado. Me preocupa bastante. Mi querido lector, ¿Qué opinas?
Lo cierto es que una solución, dicha de forma sencilla, para este galimatías, es mejorar mi concentración y mi memoria: Simplemente, si me concentro más y mejor, no tendré tantos problemas en el cambio entre actividades; y si mi memoria se perfecciona, no olvidaré lo que estoy haciendo y, por tanto, podré volver a mi tarea sin tantas distracciones… ¿No lo crees?
Pero entonces, surge otra pregunta: ¿Qué métodos existen para mejorar la concentración y la memoria?
Sí, me ha significado una auténtica cruzada el encontrar tales métodos, para aplicarlos en mi vida. Y, por supuesto, los resultados han sido nulos… Hasta ahora.
Entonces, recordé que una de las series que veo, llamada «Sherlock» en nombre del legendario detective ficticio de las novelas de Sir Arthur Conan Doyle, habla de un método muy interesante para guardar información en la memoria de tal manera que nunca se olvidara de nuevo y que, de alguna manera, siempre estuviera a la mano cuando fuera necesaria.
En la serie, igual que en los libros, este mecanismo es denominado «El palacio mental» y su descripción es, hasta cierto punto… Literal. Se que el mundo de la mente es infinito y permite ese tipo de cosas y, por tanto, no es descabellado pensar en esta opción, sin embargo no podemos olvidar que, al fin y al cabo, estamos hablando de una película.
No necesariamente tiene que ser real, por más fundamentado en la realidad de la mente que se encuentre…
… Excepto, por supuesto, que sí es real, es anterior a Sir Arthur Conan Doyle y, aparentemente, se puede aplicar.
Sin embargo, se denomina diferente: Método de Loci o Palacio de los Recuerdos. Te he dejado el link en el nombre del método, por si te interesa saber algo al respecto.
Te pregunto, mi querido lector, ya sea que eres mi terapeuta o no: ¿Esto es posible… para mí? Y, en caso de serlo, ¿Cómo aplicarlo? ¿Me podrías ayudar? Por favor, deja tu comentario.
Otro de los métodos para solucionar esto fue propuesto anteriormente por mi terapeuta: «En vez de usar actividades distractoras, usa actividades relajantes. Un cigarrillo podría ser de utilidad en estos casos».
… Lo intenté. De veras que lo intenté. Pero, mientras me fumaba mi demoníaca muerte andante, terminaba haciendo lo mismo, o atendiendo mandados de mi madre, o poniéndome de pie o, simplemente, distrayéndome con cualquier otra actividad, no necesariamente relevante para lo que necesitaba hacer en un principio.
En conclusión, el problema está en la concentración que, de entrada, me es tan difícil alcanzar, y en la memoria que me es tan esquiva y difusa.
Hay otra complicación que no había notado antes. De hecho, es esa misma complicación la que hace que esta entrada termine siendo publicada hoy, y no antes como debería: Comenzar.
Al intentar comenzar, cualquier cosa distrae mi mente casi al instante, y una que otra de mis voces me avisa, casi a los gritos, que debo comenzar lo que debo hacer, pero terminan siendo ignoradas. Me… enerva.
De veras quiero arreglar esto, en serio que sí, se que mi mente puede dar demasiado de sí misma, pero tantas distracciones me detienen y he llegado incluso a pensar que me he vuelto adicto… a las distracciones, sean cuales sean.
La verdad, no encuentro una solución a este problema. Así que te dejo la pregunta, mi querido lector. ¿Qué opinas? ¿Cómo car¿¬@#»%$ podría solucionar este problema?
También quiero dejarte otra pregunta, mi querido lector. Te la dejo para que la pienses: ¿Qué otras ideas tendrías? ¿Alguna sugerencia? Te invito a que dejes tus ideas en la caja de comentarios.
Mientras tanto, espero que hayas disfrutado esta lectura, así como espero que hayas disfrutado mis historias y mis novelas hasta ahora. Se que voy lento con ellas, pero la razón para eso nada tiene que ver con el objeto de esta entrada en mi diario.
Buenas noches…
P.D.: Lo de «desloquización» es la más obvia de las bromas, pero como siempre termino generando malentendidos…