Si el sexo es tabú para ti, no lo leas…

Te dices perverso pero, a la hora de estar con una mujer de esas que se mojan mucho, de esas que parece que tienen un mar entre las piernas, sientes asco, no la quieres ni tocar, y la ves raro si comienza a gritar, hasta la callas porque no te gusta el sonido natural de una hembra caliente… O porque te da pena que alguien escuche que está en pleno celo, cuando lo que deberías hacer, si de verdad quieres callarla, es meter tus dos dedos en su boca.

Te dices un ser sucio, enfermo, pero no te gusta hacerle un oral, dices que «sabe muy feo», que es mucho, que el olor de mujer es muy fuerte, muy desagradable y no quieres tenerla todo el día en tu bigote… ¡Ah, pero sí deseas que ella te lo haga! Y, claro, sin besos después porque ya te la mamó, y así ya no te gusta.

Te desagradan sus vellos crecientes, su sudor, su respiración fuerte, sus gemidos mientras te dice «¡Más, Más!»; te espantas si ella quiere que se graben, si le gusta el erotismo, si se masturba a escondidas o frente a ti. ¿Quién te entiende, cabrón? ¿Y hasta la llamas puta sabiendo que sólo es tuya?

Te causa aberración si quiere que vean porno mientras lo hacen, si quiere que la pongas en una posición muy extrovertida o que haya juguetes de por medio. Dices que eres un adicto al sexo pero sólo quieres hacerlo una vez a la semana y, según tú, eres un semental, pero sólo le duras 10 minutos…

Después no te quejes si alguien como yo, que no tiene límites a la hora de cogerse a su mujer, llega a su vida, le hace sentir el cielo, el universo, y la hace estremecer.

No te quejes, si ella se cansa de ti, por no saber satisfacer los instintos de una dama.

By Loki François.

 

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